Chistes


1) En la clase de Jaimito, la maestra les pide a los niños que se porten bien aquella tarde porque el director iría a visitar la clase. Les pide específicamente que no digan: "Maestra: ¿puedo ir al baño a orinar?" Sino que digan: "Maestra:¿ puedo ir a cortar una flor?" Pues se escucha más bonito y eso impresionaría al director. Llega la hora, y el director entra y se sienta, los niños empiezan a llamar a la maestra... Juanito "Maestra: ¿puedo ir a cortar una flor?", María: "¿Maestra: puedo ir a cortar una flor?" , Pablito "¿Maestra: puedo ir a cortar una flor?" y sale Jaimito: "Maestra,¿ me presta papel para limpiarme el florero
2)Un psiquiatra estaba llevando a cabo una sesión de terapia de un grupo de cuatro jóvenes madres y sus hijos pequeños. Todas ustedes tienen obsesiones, observó.
Para la primera madre, María, dijo: Usted está obsesionado con la comida. Has nombrado a tu hija Candy.
Se volvió a la segunda madre, Ann: Su obsesión es con el dinero. Una vez más, se manifiesta en el nombre de su hijo, Penny.
Se volvió a la tercera mamá, Joyce: Su obsesión es el alcohol. Esto también se manifiesta en el nombre de su hijo, Brandy.
En este punto, la cuarta madre, Kathy, tranquilamente se levantó, tomó a su pequeño de la mano, y le susurró: Vamos, Dick, este tipo no tiene idea de
lo que está hablando. Vamos a recoger a Pedro y Willy de la escuela e ir a comprar pescado para el almuerzo
3)Tres amigos están conversando en un bar sobre sus esposas. Uno dice: Anoche le dije a mi mujer que en la casa yo era quien mandaba. Ella no estuvo de acuerdo, así que nos sentamos a hablar, y decidimos tomar las decisiones entre los dos.
El segundo dice: Pues anoche le dije a mi mujer que en la casa yo era quien mandaba. Ella no estuvo de acuerdo, empezó a gritarme hasta que me cansé y le dije que hiciera lo que quisiera. El tercero se queda en silencio, hasta que los otros le preguntan: ¿Y tú no tienes problemas con tu mujer? Bueno, anoche le dije a mi mujer que en la casa yo era quien mandaba. Ella no estuvo de acuerdo, pero en media hora ya la tenía caminando a gatas por la casa. Los otros estaban asombrados: ¿Y entonces qué pasó?
Bueno... entonces ella gritó: ¡Sal de debajo de la cama y pelea como un hombre!